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domingo, 16 de diciembre de 2012


Hoy Libre a pasado otra operación, le han quitado los implantes antibióticos de las dos patitas. Le han colocado otro, que quitarán en quince días.
Siempre le dejamos en el veterinario con miedo, pensando que quizás no despierte esta vez,.
Pero Libre despierta feliz y con esa energía que le caracteriza. Siempre atento a lo que sucede alrededor.

Mientras espero en el veterinario a que sus curas acaben, le recuerdo:
Conoce cada rincón de la casa, sabe lo que significa cuando n...
os acercamos a cocinar y nos pide con gorgojeos un poquito.
Tiene su cestita de paja donde duerme sólo el, es suya. Su camita. Porque como tú y como yo, como cualquier animal sintiente, le crea placer hacer algunas actividades y tiene costumbres y rutinas que le llevan a conseguirlo:

Le gusta estar calentito y para ello se pega a la chimenea cuando la encendemos.
Se retoca las plumas coqueto cuando le bañamos y está limpito.
Defiende su plato de gatos o perros, y distingue perfectamente los sonidos cuando se abren las bolsas de pienso o llenamos de agua fresca su platito.

Son anécdotas de su vida, como los perros que veo esperando enfrente a ser atendidos, tienen anécdotas de la suya. Como los gatos que esperan enfermos dentro del trasportín.
Seguro que esas personas están pensando nerviosos, como cada día que vengo con Libre, pienso yo, si esos seres queridos volverán a su hogar o podrá más la enfermedad que les aqueja.

Libre es mi amigo, mi compañero de vida, es un gallo de raza broiler. De los que la gente compra en los supermercados.
Y es curioso, como ellos, los humanos que se sientan hoy a mi lado, quieren acariciarle y le dicen piropos con ternura. Ellos, que normalmente comen otros pollos, animales que sienten como siente mi amigo, pues hoy me miran, nos miran compasivos.

Quizás cuando lleguen a sus casas, con sus amigos perros o gatos, y se sienten a cenar, piensen en ese pequeño pollo de plumas blancas, mirándoles curioso desde mi regazo, y yo acariciando su triste cresta, de animal dolorido mientras le susurro palabras dulces para tranquilizarle al oído.

Ojala esa imagen les haga comprender, que siente tanto mi amigo como cualquier otro individuo. Por ejemplo, el perro que vive con ellos. (Elena Tova)

(un relato para pensar sacado del facebook de ehl)

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